Patricia y Rubén, Aldaia, Comunidad Valenciana (ES).
Somos Rubén y Patricia. Los dos somos ingenieros industriales y ya nos conocíamos en la universidad (aunque no salíamos juntos entonces). Estudiamos la misma carrera y trabajamos ambos para el sector de la energía, sin embargo nuestros trabajos son un tanto opuestos. Patri desarrolla plantas de energía eólica y fotovoltaica y Rubén trabaja en la ingeniería de una central nuclear.
Desde hace más de 2 años estamos viviendo juntos en un piso de propiedad de Patri en Aldaia (cerca de Valencia). Durante un viaje, en diciembre de 2018, Por supuesto, le propuse a Patri de casarse conmigo. Lo tenía todo preparado: fuimos un fin de semana a un pequeño apartamento que en Pueblo Acantilado (El Campello, Alicante). Este era mi regalo de cumpleaños para Patri. Y en la terraza de nuestro apartamento con vistas al mar le pedí a Patri si quería pasar el resto de su vida conmigo. Luego le hice un pequeño juego para que encontrara el anillo que había escondido dentro del apartamento.
Nos teníamos que casar el pasado 25 de abril en el mismo salón donde luego hacíamos la celebración (Jardín de Azahares, Catarroja). Iba a venir una concejal del Ayuntamiento a casarnos. Cuando entendimos que no iba a poder ser, al principio fue todo un poco frustrante y nos dio un poco de tristeza porque habíamos preparado la boda con mucho cariño y cuidado de todos los detalles. Los primeros días de marzo pensábamos que, aunque era complicado, igual todo habría acabado para final de abril y podríamos casarnos.
Estuvimos desde el principio en conversaciones con el salón y en cuanto empezó el confinamiento ellos mismos aplazaron el evento. Luego tuvimos que esperar hasta final de marzo para que nos dieran una nueva fecha ya que, hasta que a ellos no les comunicaron la posible fecha de reapertura del local (para el mes de julio) no podían dar nuevas fechas y además, tenían que reasignarlas por orden de aplazamiento. Fueron unos días de preocupación e incertidumbre, hasta que, por fin, el 29 de marzo nos llamaron para que pudiéramos elegir el nuevo día de la boda de entre los huecos disponibles.
Aunque ya tenemos nueva fecha somos muy conscientes que depende de la evolución de la pandemia para que nuesta boda pueda llegar a ser realidad. Aunque somos optimistas en este aspecto y pensamos que, como la fecha es a finales de verano, estará todo mucho más controlado y el calor habrá favorecido, frenando su expansión.
Lo más bonito, pero fue que el día que nos íbamos a casar no nos dejaron hueco alguno para la tristeza. Nos despertó el cartero por la mañana con un ramo de rosas de parte de una pareja de amigos. Luego, los amigos de Patri nos prepararon una especie de boda virtual a través de videoconferencia (con amigo disfrazado de sacerdote incluido) y por la noche todos los del teatro habíamos organizado un juego, también por videoconferencia, y allí nos mostraron un bonito video que habían preparado entre todos para nosotros. ¡La verdad que fue un día muy especial! Hemos decidido que vamos a mantener las dos fechas en nuestros anillos, la que habíamos elegido inicialmente y la que finalmente tendrá que ser. Así tendremos doble aniversario!